La pera

“Perro. Se llama perro. Ladra y come. Cuando no tiene comida ladra, y cuando come no (sino escupe) . Como yo. Porque me olvido que no hay que hablar mientras se come. Y por ahí escupo todo. O se me cae por el labio, y se me llena la pera de puré. La pera de puré. Jeh. Jejejeeh. La pera de puré, lapera depuré, la pera de: puré.”

Y una orden se emite desde atrás de una neurona y se mueve por distintos conductos a velocidad tren bala y se detiene en la estación destino, afectada por un temblor producto de la brusca frenada.

- Jelaperadepuré, la pera de puré.¡Laberaaaa de puré!, ¡Jehhhhjejeje! ¡Peeeraaaaa!

Y otra orden, aunque tal vez sólo sea un impulso, se amotina en los puños, haciendo que repiqueteen una y otra vez contra la mesa.

- ¡Lapureeé! ¡¡¡Peraaaa!!!

Entonces los músculos ahora disparan un comunicado que llega con rapidez al corazón, aunque de una manera un poco amplificada. La reacción no se hace demorar y el músculo receptor despliega un ejemplo de funcionalidad,

- ¡Jehh! ¡Pera! Jehhh, agh, jeh, agh, cogh, agh, aghh

pero de tanto contraer y dilatar pasa por alto la solicitud que debe emitirle a los pulmones, órganos que no dan abasto con todos los pedidos y deciden bajar uno a uno los interruptores de cada célula de ese cuerpo. Al no haber más órdenes, todo queda en manos de la gravedad. Y cae al piso, al lado del perro que deja de ladrar para lamer la pera y mover la cola.

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